24 de diciembre de 2011

Merry Christmas


El 24 de diciembre de 1993 mi mamá dejó este mundo luego de una larga enfermedad. Yeah… Merry Christmas. Worst thing ever to happen on Christmas Eve. Top that!

Durante años la Navidad fue un trámite que había que pasar lo más rápido posible. No somos una familia numerosa; fue una ausencia que definitivamente se hizo notar. Durante años evitamos pasar la Nochebuena en casa. Durante años dejamos de brindar y hacer regalos. Durante años la Navidad fue cualquier cosa menos feliz.

Con el tiempo nos acostumbramos, crecimos, nos fuimos de casa. Sin embargo, durante años cada 23 de diciembre enfrenté el caos de Aeroparque en los buenos tiempos, o de Retiro en los no tan buenos, para hacer 700 kilómetros porque era inadmisible no estar juntos aunque esa noche fuera una porquería.

Hasta que hace unos años me encontré pasando una Navidad lejos de la única persona que está a mi lado todos los días. Ese día me di cuenta que eso no estaba bien y que no quería hacerlo nunca más. La Navidad sigue siendo una fecha poco esperada en mi calendario, pero desde entonces encontré nuevos motivos para celebrar.

So yeah… Merry Christmas.


16 de diciembre de 2011

Lo hice


Desde tiempos inmemoriales existe la fantasía urbana (porque claramente es una fantasía que se alimenta de asfalto, caos, ruido y un ritmo desenfrenado) de “largar todo y poner un bar en la playa”. La fantasía de una vida más tranquila y de sentirnos dueños de nuestro tiempo y nuestro destino. Pero claro, “largar todo” no es fácil. Menos cuando uno consiguió un trabajo estable, ciertos beneficios ganados con esfuerzo y una cantidad de dinero nada despreciable en el banco cada mes. Ah, la seguridad… esa perra traicionera.

Hay gente que se anima, gente que decide quemar las naves e ir tras un sueño. Yo siempre tuve sueños, pude hacer realidad muchos de ellos, otros todavía esperan. Pero nunca, jamás fui una piromaniaca de embarcaciones. Soy Tauro hasta la médula, necesito la certeza de que el suelo bajo mis pies es firme. Y aún así aquí estoy; un viernes como hoy hace tres meses “largué todo”. Profesionalmente, claro. Lo hice por una idea que nació hace mucho tiempo. Una idea que creció y se transformó en un sueño.

Para alguien que hizo de su independencia un culto, dejar la seguridad de un trabajo y depender de otro es todo un issue. La sensación de vértigo es recurrente. Pero hicimos un plan. Analizamos diferentes escenarios. Diseñamos un Plan B. Por si acaso. Nunca se sabe. Y decidimos apostar por el sueño. Nuestro sueño. No sabemos a dónde nos va a llevar nuestra apuesta. Pero de algo estamos seguros: este es el momento, esta es nuestra oportunidad, y estamos dispuestos a arriesgarnos. Si funciona, habremos creado nuevas oportunidades para nosotros y los que nos rodean. Si no, habremos aprendido toneladas de cosas nuevas. Y lo intentaremos otra vez.

Haber abandonado mi zona de confort para hacer algo en lo que creo es un gran “lo hice”. Sin embargo, mi mejor “lo hice” es la conjugación en primera persona del plural. Porque decidimos algo juntos. Porque quemamos algunas naves y nos subimos juntos a una sola embarcación. Porque soñamos juntos. Juntos a la par.